Para proceder a la transformación digital de un despacho hay que transformar previamente su modelo de negocio
Motivos y efectos que debería tener la implantación de la tecnología en los despachos profesionales.
El próximo 16 de octubre de 2018 vuelve el Legal Management Forum, el evento jurídico más innovador realizado en España y referencia imprescindible para el sector legal. ¿Te lo vas a perder?
La transformación digital y la LegalTech o tecnología aplicada al sector legal, son dos conceptos que es muy frecuente encontrarse emparejados en los últimos meses. Los despachos quieren emprender una transformación hacia un modelo de gestión del trabajo y prestación del servicio “digital” y un medio para lograrlo es recurrir a la LegalTech.
Sin embargo se trata de dos conceptos complejos, con requerimientos y exigencias diferentes.
Así se puso de manifiesto en la mesa “La tecnología en la Administración de Justicia”, organizada por la Asociación Española de Derecho del entretenimiento (DENAE), dentro de su jornada sobre LegalTech.
En la mesa, moderada por Bárbara Román, Abogada, socia fundadora de NoLegalTech y coorganizadora de dicho Congreso, intervinieron Guillermo Pérez, Director de Social Lex y Paloma Llaneza, Socio en Razona Legaltech.
Tecnología y modelo de negocio de la abogacía
Para empezar, Guillermo Pérez quiso destacar que la transformación digital va a llegar de forma natural a los despachos y que los abogados no deben temer ese momento, pues, sostuvo, “si nuestras abuelas han aprendido a manejar Whatsapp y se han acostumbrado a usarlo, lo mismo sucederá con los abogados y la tecnología”.
No comparte ese ciberoptimismo Paloma Llaneza, quien señaló que incorporar la tecnología a un despacho, sin más, no es suficiente para que en este se produzca una verdadera revolución digital. “Para que se produzca la transformación digital es necesario que previamente se produzca una transformación del modelo de negocio de las firmas”, aclaró.
Este cambio de modelo tiene que fundamentarse en una clara evidencia, señaló Paloma Llaneza: una parte muy importante del trabajo de la abogacía y de los propios jueces es paquetizable y automatizable, sin necesidad de sistemas particularmente “inteligentes”.
Y ese momento puede que no esté tan lejos. Llegará si algún día “Google comienza a prestar gratis esos servicios” (a cambio de unos datos que luego monetizará debidamente).
Por ello, subrayó, el principal enemigo de los abogados no es la competencia que procede de otros abogados, sino las empresas de tecnología que pueden diseñar y poner en servicio máquinas que pueden sustituir el trabajo de los abogados, a partir de los datos.
Esto va a obligar a los abogados a un severo esfuerzo de reflexión. Máxime teniendo en cuenta, destacó Paloma, que “los abogados nos hemos encastillado en un lenguaje incompresible para la sociedad, porque lo consideramos parte de nuestro modelo de negocio”, mientras que hay muchos abogados que todavía no saben convertir un fichero de Word en un pdf o incrustar su firma electrónica en un documento.
Esta reflexión debe partir del hecho de que lo importante no es si LexNet se cae o no se cae, sino sobre el papel que deben de jugar los abogados en el actual Estado de Derecho y de la propuesta de valor que pueden ofrecer en el mismo, porque en este los abogados tienen mucho que decir, siendo actores y no meros espectadores del cambio que se está produciendo. Y en este sentido, concluyó Llaneza, hay que decir que la tecnología es muy útil, pero que no lo justifica todo. Por ello hay que preguntarse dónde están los límites de la innovación, porque esta debe estar al servicio de la sociedad.
Algo a lo que Guillermo Pérez añadió que para ello es necesario que los abogados se comuniquen frecuentemente con todos los sectores de la sociedad, hablando con todos, porque ellos mismos son agentes sociales responsables del control de los poderes del Estado. En este esfuerzo, Pérez puso de relieve la importancia del papel de los Colegios de abogados, como comunidades profesionales que deben transmitir a esas corporaciones y a la propia administración de Justicia cómo están realmente las cosas.